Kobudo

Kobudo significa literalmente, antiguo arte marcial.

Más literalmente arte de un comportamiento espiritual antes de un combate real.

El kobudo de Okinawa tiene una evolución paralela a la del karate, pues son hermanos gemelos y se desarrollaron prácticamente al unísono.

No hay que confundir el Kobudo Japonés, arte del Samurai, al de Okinawa. Éste se formó por verdadera necesidad como veremos posteriormente.

En el archipiélago de las RyuKyu donde Okinawa es la isla principal, fue desde los tiempos antiguos una zona de guerras cruentas, éstas tierras ahora niponas, no conocieron durante mucho tiempo nada más que guerras, luchas entre clanes, luchas religiosas, invasiones…

La historia del pueblo Okinawense es la de un pequeño territorio donde la invasión (mayormente por parte de China y Japón), la ocupación, el terror, y la opresión estaban a la orden del día y era la principal preocupación de sus habitantes.

Los guerreros invasores, muy equipados y expertos para batirse armados con caballos, arcos y flechas, sables, etc… eran fáciles ganadores contra un pueblo que se defendía con los pies y las manos, armas naturales humanas, aunque algo ineficaces contra la equipación militar a la que se enfrentaban.

El objetivo de la sociedad autóctona era aprender a defenderse con utensilios domésticos, herramientas agrícolas o de pesca, etc.

En aquellos tiempos las técnicas de defensa tanto con las manos vacías como con utensilios eran muy rudimentarias, hasta que se adquirieron conocimientos más sutiles y concretos, particularmente a partir de la invasión japonesa del Clan Satsuma en el siglo XVII.

Debido a las dominaciones extranjeras y la prohibición de poseer armas, sobretodo en el reinado de Shimazu o Shimazuhan, señor de Kagoshima, que quería evitar cualquier revuelta, los autóctonos tuvieron que organizar una resistencia.

Las manos vacías, herramientas de labranza y de pesca y otros utensilios domésticos fueron entrenados ya de forma más científica y se realizaban de forma rigurosa y real generalmente por la noche y en secreto.

El remo de un pescador podía decapitar a un asaltante. El sai (única arma autorizada para los policías de Okinawa) rompía las hojas de las katanas y se defendía de ellas. Los tonfa eran temibles en manos expertas… de forma que con herramientas de uso diario no militares se repelían las invasiones.

Dichas herramientas o armas empleadas, cada vez más sofisticadas, perfeccionadas y eficaces, se mejoraron cada día.

Al igual que en el desarrollo del Karate, también fue determinante y muy importante, la huella de los guerreros y viajeros chinos así como los intercambios culturales con China, estos mejoraron mucho el Kobujutsu aportando técnicas de artes marciales chinas mayormente provenientes de Fujian.

Okinawa es uno de esos raros lugares donde gracias al ingenio y la creatividad guerrera, aprovecharon con pocos recursos verdaderas armas de la época.

Con la esperanza de sobrevivir en una población oprimida, el kobudo y el karatedo se practicaron de generación en generación, transmitiendo los conocimientos de padres a hijos.

El kobudo y el karatedo son parte integrante del legado cultural y marcial de Okinawa y hoy representan una gran riqueza cultural, creada a partir de útiles ancestrales con la voluntad de sobrevivir.

Hasta hace poco el kobudo era algo secreto. Todas las técnicas desarrolladas con sus armas fueron probadas y perfeccionadas en el curso de combates reales para vivir o morir, y su eficacia está más que demostrada.

Su práctica permite en tiempos de paz, perpetuar el recuerdo de hombres y mujeres que sólo pretendían defender sus bienes, su familia, su cosecha, la vida, el honor. Hoy día es un soporte para la realización de uno mismo, es decir una vía, un camino.

Dichas técnicas llegan hasta nosotros gracias al legado de la familia Matayoshi.

Armas Kobudo:

M.T. - Fuentes: Bubishi, Shindokai.es